La electricidad mental

¿Entiendes cómo es tu mente?

Te daré un ejemplo el cual puede ser que entiendas un poco mejor la mentalidad y esos mecanismos que están funcionando ahora mismo en tu mente para leer esto y todo lo que pasa dentro de nuestro cerebro.

Cuando empiezas a entender la mente resulta que te das cuenta de que es lo mismo que la electricidad, porque funciona con impulsos nerviosos y eléctricos. La electricidad funciona de tal manera que escoge en un circuito el camino más fácil a recorrer, el que no le ocupe resistencia a pasar por ese cable en ese circuito.

Lo más seguro es que si no has estudiado nada de electricidad lo que te estoy contando te suene a chino (a no ser que sepas chino; en ese caso, te doy permiso a que elijas otro idioma). Pero no te preocupes que yo estoy aquí para ayudarte a que este ratito que estamos conversando tú y yo, no te explote la cabeza y se te haga más ameno.

Imagínate que eres la electricidad (sí, venga, haz un esfuerzo) y cuando estás andando más feliz que una perdiz, de repente te encuentras dos caminos para elegir. Uno de ellos tiene muchas piedras y tendrás muchas más dificultades para pasar por él. En cambio, el otro camino está todo impecable, como si nadie hubiera pasado por ahí antes.

¿Qué camino elegirías?

Obviamente elegirías el camino más fácil. A no ser que te encante los retos, el riesgo y seas todo un aventurero/a y eliges el camino más difícil. Pero bueno, tú imagínate (sí, otra vez, ya sé que soy un pesado) que no quieres complicarte la vida ese día porque te has levantado con ganas de que nadie te toque los huevos ( a las gallinas tampoco).

La electricidad es lista y perezosa igual que nuestro cerebro, y como tiene una resistencia que afrontar para pasar por ese cable o camino, va a elegir siempre la opción más fácil. Una resistencia para la electricidad puede ser encender una bombilla, porque no quiere gastar parte de su energía en eso ya que existe otro camino más fácil para ir. La electricidad tendría que enfocarse en atravesar esa bombilla y prefiere no perder energía.

Pues el cerebro funciona igual antes estas dos situaciones: una le proporciona una resistencia y la otra es mucho más fácil. El cerebro al ser perezoso por naturaleza, prefiere coger siempre el camino más fácil porque prefiere sentir placer y le resulta menos incómodo elegir una situación en la que se puede ver en peligro. Todo esto se basa en una naturaleza que tiene nuestro cerebro innato de que siempre está predispuesto a la supervivencia. El cerebro siempre se sentirá mejor en los momentos que no hay riesgo y rechazará las decisiones que nos puedan poner en peligro.

El cerebro siempre se sentirá mejor en los momentos que no hay riesgo y rechazará las decisiones que nos puedan poner en peligro.

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